Anécdotas: «El Honrado Juan»

El pasado domingo día 4, después de un largo mes de compaginar mis estudios y deberes diarios con la preparación del HSK, por fin, me examiné de la dichosa prueba de nivel y, a las 11 de la mañana, pude volver a sentirme libre y respirar un poco de aire fresco. Nada más salir del centro donde se realizaba el examen, llamé a mi ruso, a ver cómo le había ido; él también se examinaba, bolígrafo en ristre, mientras que yo había decidido innovar y hacer el examen por ordenador... 7 kilómetros de pura originalidad me separaban de mi amigo, en aquel momento. Total, que decidimos encontrarnos a medio camino en Wudaokou 五道口 y volver juntos a la universidad. Cuando llegamos allí, estábamos tan eufóricos y tan liberados que decidimos tomarnos un café y sentarnos un rato a charlar como alegres comadres.

Wudaokou,五道口

Puerta del Charlie Brown Café en Wudaokou
Nos metimos en un sitio llamado Charlie Brown Cafe, absolutamente para guiris, caro y sin nada demasiado especial; terminé pidiendo lo que resultó ser una especie de batido de helado de chocolate con galleta, que no me gustó en absoluto (empezando por la parte del  "helado", a 2 grados en el mes de diciembre, y terminando por la de "chocolate con galleta", ya que en el nombre de la bebida no decía "chocolate" por ninguna parte...) y que conservé sobre la mesa, intacto, durante buena parte de la conversación. Cuando ya estábamos a punto de plantearnos mover el pandero, entró un tipo de lo más peculiar que, os lo juro, era exactamente igual que "El Honrado Juan" de la versión Disney de Pinocho: abrigo de tres cuartos negro, sombrero marrón a cuadros, aire sospechoso de cojones. Tras dirigir unas breves palabras a los dependientes, se giró en redondo y nos lanzó una mirada esperanzada.

Aspecto aproximado del interdicto
¿De dónde sois? –preguntó.
–Rusia, España –dijimos.
¿España está en Europa?
–Sí –y Rusia, ya puestos. Al oír mi respuesta, nos pidió que esperásemos un momento allí sentados, y salió a la calle haciéndole señas a otro tío. Le di el primer tiento a mi batido de pulmonía.

El tío anónimo número dos resultó ser su ayudante. Cuando volvieron a entrar, el Honrado Juan se acercó al mostrador y, agitando un impresionante y nutrido fajo de billetes de 100 元, compró dos ridículas botellas de agua mineral, tras lo cual procedieron a sentarse con nosotros. Entonces, sin quitarse su sombrero (que no pegaba para nada con el resto del atuendo, debo añadir), el Honrado Juan me contó toda la película. Literalmente, porque resulta que era un director de cine, y estaba buscando actrices europeas.

Bebí otro trago de mi repugnante y congelado brebaje.

–Pelo rubio, ojos claros, mejor que mejor, tiene que saber chino e inglés.

Bebí otro trago.

–¿Conoces a alguien?

¡¿Qué?! ¿¿HOLA??

–Em, bueno... aparte de A MÍ, solo conozco a una chica que encaja en el perfil, pero es americana...
–¡Oh! ¡Americana! ¡Perfecto! ¡Sencillamente perfecto!




Dmitry y yo compartimos La Mirada, esa mirada tras la que puedes ver los engranajes de la mente del otro chirriando al intentar procesar tanta gilipollez...

–¿No habías dicho que tenía que ser europea?
–Ah, sí, pero no importa, americana todavía mejor. ¿Puedes llamarla?

Dicho lo cual, se levantó de la mesa, porque tenía 事儿 (otros asuntos) que tratar; antes de salir, se volvió y me preguntó si no tendría por casualidad una amiga grotescamente gorda (la típica pregunta de despedida); un consuelo porque, al menos, el ritmo al que iba bebiendo batido aún no me había hecho merecedora del segundo papel...

Se dio por contestado con mi mirada de estupor y la risa nerviosa de Dmitry, tras lo cual puso pies en polvorosa y nos dejó allí plantados con el ayudante. El ayudante se me quedó mirando. Le devolví la mirada...

–¿Ahora? ¿Quieres que llame a mi amiga AHORA?
–Sí, por favor.

Volví a empinarme el vaso de batido, hasta que el frío se me subió a la cabeza. Mejor, no quería pensar en lo que estaba haciendo. Marqué el número de mi amiga y esperé hasta que descolgó el teléfono. Me contesto Ernesto de Hannover.


–hbdkdcilendccs.
–Ey, qué tal, tengo una situación que comentarte...
–... ¿dnniefcks?
–Verás, un tío con pinta de proxeneta está buscando actrices europeas para rodar una peli –posiblemente porno–...
–... ncdjnch.
–Ya, parece ser que América es la nueva Europa..., ¿le doy tu número?
–... njdncien.

Tras colgar, le dije al ayudante que mi amiga (que tenía una resaca de tres pares de narices y no podía ni balbucear en su propio idioma) podría estar interesada, así que le di el número. Lo apuntó y acto seguido se puso a marcar. Cuando vimos que llamaba, a Dmitry y a mí se nos activó el muelle que tenemos en el culo y nos pusimos en pie de un salto. Esta vez, apuré el batido hasta que me lloró el ojo derecho y, pausada y ceremoniosamente, salimos como señores del establecimiento. 

–Pero sabe hablar chino, ¿verdad?
–Sí, sí, sabe...


¡TANTO COMO YO!


Mientras cruzábamos la puerta, ya podía oír al chino saludando a mi resacosa amiga. Cuando dejó de haber ventanal en la fachada, perdí la compostura y eché a correr calle abajo, agitando mis guantes por encima de la cabeza, frenéticamente, hasta que llegué a una boutique de pan y me escondí dentro. Unos 15 minutos y una bolsa de pan después, volvimos caminando a la universidad, preguntándonos qué demonios había pasado y, no por ello menos importante, qué mierda de conocimientos sobre geografía poseen los chinos.

Panadería/refugio de Wudaokou

Aquella tarde, la americana y yo nos cruzamos en el baño. Intercambiamos miradas y, sin mediar palabra, nos echamos a reír. 

¡China, qué grande eres!



Comentarios

  1. Madre mía xDDDDDDDDDDDDD, mejor que no te elijan, proxenetas con pintas del honrado Juan no dan ningun tipo de confianza.

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  2. ¡GRAN-DIO-SO! Con un poco de suerte, se convertiría en la versión china de Hostel xDDD
    Espero que nos cuentes qué paso con tu amiga americana (si es que puedes contactar con ella).

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  3. Jajaja, genial! No sé cómo te habría ido de actriz (mejor probar en otras pelis, con productores y directores normalitos) pero escribiendo vas sobradísima. Lo dicho, GENIAL.
    Pregunta: USA no es Europa?
    Y otra: podría servir yo para el papel de la gorda? Ni idea de chino, vale, pero el requisito de la resaca puedo cumplirlo apenas me lo proponga.

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  4. Jose, hijo, de verdad que si quieres disputarme el papel de la gorda vas a tener que esforzarte en comer más morcilla de lo normal :P
    Que yo sepa ambos roles siguen vacantes porque mi amiga, con el pedal que llevaba encima, mandó al ayudante "a cagar al monte", hablando claro :D De todas formas, no será la última vez que no veamos metidos en una de esas, porque a los chinos les gusta mucho pillar por banda a los guiris y ponerlos a hacer anuncios de televisión y toda la pesca...

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