Conseguir trabajo en China, primera parte (就业, 第一部)

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Pues nada.

Una vez terminado el curso, a falta de un mes para que se me acabe el visado, sin beca y sin ganas de volver a España, toca plantearse la pregunta crucial: ¿estudio o trabajo?






Estudiar en China sin una beca es bastante caro. Los gastos de matriculación, en comparación con lo que viene siendo acostumbrado en España, son bastante elevados: por ejemplo, estudiar otro año de chino en esta universidad, que no es nada del otro mundo, cuesta nada menos que 1800 euros, más que un año de máster en mi querida Universidad de Granada; y es solo curso de chino, si nos planteamos un año de máster en China, ya ni os cuento...

Ante la perspectiva nada halagüeña de invertir un montón de dinero que no es mío (es de mi pobre y sufrida madre, que mi padre lleva AÑOS sin darme ni un duro para estudiar o vivir) en continuar estudiando en una institución nada destacable y obteniendo un escaso beneficio en términos académicos, he decidido que es el momento de iniciar mi vida en el mundo laboral y me he lanzado a la búsqueda de trabajo. Hasta el momento mis pesquisas han dado sus frutos que, si bien no son los esperados, al menos me han dado material suficiente para escribir el post de esta semana.

Mi primera oferta de trabajo me vino dada de la mano de una señora que trabaja en una empresa educativa, ¿recordáis a aquella señora que, tras 5 horas de entrevista,  intentó dilatarme el estómago a base de pato laqueado mientras su hermana se hacía bocadillos con la ensalada? Pues la misma. La oferta no podía sonar mejor: enseñar español, visa de trabajo, alojamiento provisto y las comidas pueden ser arregladas. La única pega, que es en Tianjin. Como para mí el hecho de trabajar fuera de Beijing no es un inconveniente, les dije que me gustaría ver las instalaciones y conocer las condiciones de trabajo en persona, así que me ofrecieron llevarme a Tianjin esa misma tarde para echar un vistazo y discutir los pormenores de nuestro posible acuerdo.



Tianjin



Para vuestra información, Tianjin está un poco donde Cristo perdió la sandalia, a unos 180 km (unas dos horas). Como la idea de irme sola de excursión con un absoluto desconocido a tomar por saco de lejos no me hacía demasiada gracia, llamé a un compañero de clase para ver si podía hacerme el favor de acompañarme, a lo cual accedió gustosamente porque soy una diosa de la persuasión. Y no sabéis cómo me alegro de que viniera porque, sinceramente, la cota de absurdez que alcanzamos esa tarde es absolutamente inverosímil, a menos que sea corroborada por un testigo presencial.

Llegamos a Tianjin, al centro en el que se supone que iba a impartir las clases de español. De entrada, parecía un gimnasio. Nos condujeron al interior, donde pude observar que, justo en el centro del edificio, había una gran sala a modo de estadio para diversos acontecimientos deportivos. Otro de los elementos que no pasó inadvertido fue el hecho de que el edificio estaba, a falta de una expresión mejor, "recién construido", pues había plásticos desperdigados por todo el lugar, roña del año que le pidieses y una distribución bastante caótica del mobiliario. Aunque no llegué a verlo, podía OLERSE que también había un cuarto de baño en alguna parte. Pasamos de largo y nos llevaron a un lateral del edificio, donde nos enseñaron de pasada dos salas llenas de sillas y pupitres aquí y allá, las que serían las aulas para dar clase. Siendo esa mi principal área de trabajo, me di por satisfecha por el momento y me dejé llevar a una gran oficina donde había varios sofás de piel dispuestos alrededor de una mesa con... posiblemente el juego de té más extraño de la historia, una mezcla entre maqueta de trenes y plancha para asar. Esperamos sentados unos minutos hasta que llegó el director del centro: vestido de amarillo, sudado, y a todas luces recién salido de la cancha de tenis. 

Sep. Era un gimnasio.



Espaciosa la ducha, ¿eh?
Hechas las presentaciones pertinentes, comenzamos a discutir un poco las condiciones laborales. Todo parecía ir bien, incluso parecía que iba a tener un despacho y todo, ya que el hombre me preguntó si necesitaba una mesa y un ordenador, pero en el momento en el que se sacó de la chistera un armario y una cama empecé a olerme algo raro. Más raro, quiero decir. Como ya había visto las aulas de enseñanza, con nombres tan usuales como "sala de emergencias cardíacas" y por el estilo, inquirimos por los baños. El director señaló que haberlos, los había. Concretamente, esos que se olían en lontananza, el típico cuarto de baño con 16 váteres para todo el edificio. Bueno, ¿y la ducha qué? Ducha... ¡ah, sí! Nos llevó hasta una habitación cerrada con llave: las duchas del gimnasioLlegado este punto, y aunque por economía del lenguaje no soy yo muy dada a señalar lo evidente, no me quedó más remedio que  resaltar un pequeño detalle: "pero vamos a ver, estas duchas son públicas" (gongyongde 公用的), a lo que el hombre me respondió la que puede que sea la mejor respuesta de la historia: "¡no, no! ¡Estas duchas no las ha usado nadie antes! ¡Tú serías la primera! Y te daríamos la llave para que abrieses y cerrases cuando la quisieses usar, además después de las 9 de la noche ya no hay nadie aquí y puedes entrar y salir a gusto...".

El director guió el camino hacia la "residencia", sushe 宿舍, donde se alojaría a los profesores. Nos condujo por el pasillo en dirección a la cancha de tenis. 

Entramos en la cancha de tenis. 

Rodeamos la cancha de tenis hasta llegar a dos puertas situadas en el lateral de la sala. 

Abrió una de ellas. 

Efectivamente: aquello era un vestuario





Absolutamente satisfecho de sí mismo, el director empezó a ubicar mentalmente los tres elementos constituyentes de todo dormitorio que se precie, a saber, cama, mesa y armario. Algo en mi expresión debió delatar que aquello no terminaba de convencerme (¡fíjate tú qué cosas!), con lo cual el hombre rápidamente volvió a sacar el manojo de llaves y abrió la puerta contigua. Otro puto vestuario. Toda una mejora.

La señora empezó a preguntarme que qué me parecía todo aquello, aunque era una pregunta absolutamente retórica, ya que no dejaba de apuntar "no está mal ¿eh?" cada vez que lo preguntaba. A decir verdad, yo creo que ni ella misma se esperaba lo que estaba pasando, y estaba tratando de convencerme (y convencerse) de que aquello no estaba tan mal. De nuevo, decidí participar en el concurso de obviedades: "¡¿voy a vivir en el vestuario de la cancha de tenis?!".

Unas vistas inmejorables...
Una vez más, el director halló una rápida solución al conflicto y, mientras me tranquilizaba diciéndome que en el edificio había mucho espacio para hacer dormitorios y que aquel sitio era muy seguro para vivir, me condujo a otra sala cerrada, no lejos de allí, a la que me dio paso orgullosamente una vez desbloqueada la puerta: la sala de vigilancia. A estas alturas de la película, yo ya exhibía una sonrisa socarrona imposible de ocultar, pues no me podía creer lo que estaba pasando. Lo único que pude decir fue que, bueno, al menos aquella sala tenía "tele" (unas 13, de hecho) y que incluso podía divisar mi otra habitación desde allí.

En algún momento de la visita, no recuerdo exactamente cuándo, también quisimos saber quién más iba a vivir allí, si solo los supuestos profesores de lengua extranjera o también los alumnos, a lo que el director contestó muy ufano que no, que solo los profesores (o sea, YO) y el personal de la empresa. 

"¿Y quién es el personal de la empresa, si puede saberse?".
"Los tres seguratas del turno de noche".


Cuñaaaaaaaaaaaao



O sea, seguro que te cagas: en una ciudad desconocida, en las afueras, en un gimnasio, sola y con tres tíos. ¡De lujo que te crujo, oye! 

En fin. Obviamente, les dije que bajo ningún concepto iba a vivir EN EL GIMNASIO, que lo primero que tenían que hacer era buscarme un piso y luego ya se vería. Dado que ahora iban a tener que buscarme casa para vivir, el salario que me ofrecieron fue de 3000 yuanes al mes, sin comidas incluidas. Eso, para una persona que está mudándose ciudad, es un chiste cojonudo.

Pero bueno, lo importante es no desanimarse. Sinceramente, no creo que ese trabajo esté tan mal, y de no ser por esa presentación extremadamente cutre, que me ha dejado una primera impresión imborrable, quizá me lo habría planteado más en serio. Sobre todo, agradezco a la señora del pato laqueado que me brindase una oportunidad de empleo, y estoy absolutamente convencida de que ni ella misma conocía los detalles de la misma y por eso vino conmigo. Pero, lo dicho, no hay que dejarse vencer por la adversidad, ¡querer es poder!

La rueda de la fortuna nunca deja de girar


***



Well…

Having finished my Chinese language course, having my resident permit expiring by the end of July, without news about my scholarship, and not willing to fly back to Spain whatsoever, seems to be high time for me to raise a crucial question: should I keep on studying or search for a job?

Studying in China without scholarship is expensive. The thing is, not only registration fees and living expenses would be higher than those of my hometown, Granada, but also the benefits obtained, academically speaking, wouldn´t be worth it… Registering for one year more in the Chinese Language Program in this dreadful University would cost me the same that the first year of my Master’s degree at the University of Granada.

So, having this bleak prospect in mind and not willing to spend my poor, hard-working mother’s money (it's beenSEVERAL YEARS since my father last sent me some money for studies or nourishing purposes) just to secure my staying in China, I have decided that the best I can do is finding a job and start being economically independent once and for all.

My first job offer of this week was in Tianjin, and couldn’t sound any better: teaching Spanish, my mother tongue, work visa provided, accommodation and meals also arranged… This opportunity was offered by The Lady*. Do you guys remember that old lady with whom I had an interview several months ago? Since moving to another city to work in not an issue for me, The Lady introduced me the contractor and we decided to go together to Tianjin to see the working place and assess the conditions that very afternoon. Appealing as it might seem, the idea of going alone with a bunch of strangers to an unknown city to visit some uncertain whereabouts wasn’t really my cup of tea, so I called one of my class mates (and best friend here) to ask him to go with me to Tianjin, which he accepted most happily.


So we went there. When we finally arrived to the place where my teaching Spanish was supposed to take place and, what in my thoughts had been a school, or maybe any other kind of educative center, turned out to be a…gymnasium. At first my companion thought that THAT could possibly be the school´s gym, so he looked quite optimistic about it. But I could tell at a glance that THAT was it, just a gym. And, unfortunately, in the end I was right. 


We entered the gym, which was, in a lack of a better way to describe it, “recently opened”, for there were plastics, cables, adhesive tape and that kind of stuff scattered all over the place.  I noticed that in the center of the building there was a huge sports court, with foldable grandstands. The presence of the commodes in the surroundings was also noticeable, for although they could not be seen their location would have been easily tracked by the stench. We were ushered into a big office room, poorly decorated, where we met the “principal of the school”, dressed in sport clothes and sweating badly.  

Long story made short, he provided me with all the details: not only was I to teach Spanish to ONE student in the gym facilities, but also to live in there, particularly in one of the restrooms beside the tennis court, that he showed to me, full with pride . The reason he argued for having me living inside the gym was that it was by far much more comfortable and secure than renting an apartment outside. The so-called principal gave me a quizzical gaze when I stressed the fact that those rooms were the restrooms. Oddly enough, he couldn’t find any other reason for my discontent apart from the fact that, maybe and only maybe, those rooms would be a bit too much noisy, since they were right beside the tennis court. So in few seconds time he found a better solution for my accommodation: the security room. I had to admit that improvements were quite remarkable, for now I would also have 13 TV screens in my room to enjoy my secluded new life.

Regarding my personal hygiene and other common sense basic needs of every human being, everything had been also thoughtfully arranged: I could use the public toilets and shower cabinets inside the gym facilities without problem. Furthermore, they would give me the key of the shower room, so I would be able to lock and unlock the door at pleasure whenever I want to take a shower, though after 9 pm the building closes so locking the door for privacy would not be an issue anymore. In fact, after 9 pm the only people inhabiting the premises would be me and the three security guys of the night watch. And that, my friends, is the meaning of the word SAFETY.


Sigh…


Of course, I let them know that under no circumstances were I to live inside a gym. Although more things happened that day, in the end I just turned the thing down.

And that has been my first experience seeking for a job in China. Not a bad starting point, uh? But the most important thing is never lose hope, never give up. After all, good things are difficult to get. Let’s see what Fortune brings to my door (or my email inbox) in the morrow. Stay tuned!

*The Lady, the one who tried to dilate my stomach by making me swallow roasted duck, while her sister spent the time in making sandwiches with everything that was to be found on the dinner table.

Comentarios

  1. Bueno, la primera bala ha sido de fogueo veras como a la siguiente atinas. Que seria de nosotros sin estos monentos?. Bss y no dedistas

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  2. Para encontrar un trabajo, medianamente decente, hay que echarle muchos intentos y mucha paciencia. Aunque esta experiencia no ha estado mal porque, después de esto, cualquier otro curro te va a parecer bastante aceptable. XDDDD

    Hay que seguir echando el anzuelo, peque,... no siempre te saldrá una bota.
    ¡Ánimo, tú puedes!

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  3. Según iba leyendo me estaba imaginando las caras que estabas poniendo en cada momento como si te tuviera aquí delante xDDD. Eso sí, lo de "una mezcla entre maqueta de trenes y plancha para asar" he sido incapaz de imaginármelo.
    Y digo lo mismo, que éste ha sido el primero pero ya verás cómo viene un trabajo como es debido (y espero impaciente los artículos que escribas sobre los descartados) ;)
    ¡Muchos ánimos y mucha suerte!

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