Anécdotas: «¿Me traduces este TAC de tórax al chino?», 5 horas de entrevista y una semana absurda (一个好奇怪的星期)
Queridos amigos y compañeros de aventura, ¡ya estoy en Beijing! Desde que llegué no han hecho más que pasarme cosas; cosas bien raras, además. No llevo en Beijing ni una semana y puedo afirmar que esta ha sido, sin duda, la semana más absurda de mi vida (y mira que lo del tío del soplete que iba puerta por puerta ya parecía difícil de superar).
Llegó el 24 de febrero, día del regreso. La verdad, no creí que irse de casa por segunda vez fuese a resultar tan duro, o quizá más, que la primera vez. Supongo que hay cosas a las que una nunca se acostumbra. En el avión, para variar, me tocaron los dos asientos de costumbre: en el primer vuelo, el asiento junto al niño-ruso-coñazo; y en el segundo, el asiento que parece que tiene un puñetero alien en el respaldo (también conocido como "chico alien", que no sé por qué siempre se ubica detrás de mí). Total, iban a ser solo 13 horas de vuelo. En peores me he visto. El caso es que para cuando llevaba 8 horas de vuelo ya casi se me había agotado el repertorio de actividades entretenidas para el viaje, ya que la batería de mi MP5 había considerado oportuno descargarse por arte de magia, cuando se supone que debía tenerla entera... pero ya había previsto yo que el viaje iba a ser largo, así que eché mano de mi revista de autodefinidos y me dispuse a completar los pasatiempos. 100 autodefinidos = horas y horas de intentar averiguar qué palabras que no existen se han inventado esta vez los creadores. El plan perfecto.
También hago crucigramas. Soy una puta fieshta... |
El documento era un maldito TAC DE TÓRAX.
Agárrame el cimbel, Maribel.
Imagen de Internet. Obviamente, no le pude echar una foto al documento, pero os podéis hacer una idea |
Total, cogí el documento y, con la mayor entereza que me fue posible, me dispuse a leerlo y a hacerle una traducción a vista al chino de su contenido. ¡Fácilmente, hombre! Nuestra conversación previa había despertado el interés del señor chino que viajaba sentado a mi derecha, y de otro muchacho (el chico alien) que estaba sentado detrás de mí. Más o menos conseguí hacerle un resumen del contenido, le expliqué las partes de las que constaba el documento y le resalté la conclusión. Pero la señora quería conocer hasta el más mínimo detalle de lo que decía el papelito... Y, claro, en ese momento salieron a relucir algunos de mis defectos más oscuros, como mi total ausencia de carrera de medicina, o mi incapacidad para explicar en chino que es un hilio o una masa pleural. Nimiedades, psh. Total, que el señor de mi derecha se volcó de lleno en el asunto y dijó que él intentaría echarme una mano, ya que "sabía un poco de inglés". Así que, cogiendo mi bolígrafo y una servilleta de Aeroflot, se dispuso a levantar acta de nuestra sesión improvisada de traducción. Las cabezas del chico alien y su amigo se alzaron sobre los asientos a nuestra espalda, y un tercer espectador se levantó del asiento de delante y metió todo el cabezón en el asunto; mientras, la señora explicaba a una chica y a su madre, que se sentaban delante de ella, qué estábamos haciendo. Cuando llevábamos ya un rato así, intentando entre varios hacer una traducción español-inglés-chino de un TAC, un amigo del señor de mi derecha vino desde el fondo del avión a preguntarle en qué andaba metido y, al grito gañanesco de "¡pero si tú no sabes hablar inglés!" (cosa que, por cierto, a esas alturas ya me había quedado bastante clara), se giró y llamó a un tercer amigo, que se dispuso a unirse a la fiesta. Total, 10 personas liándola parda en pleno vuelo, 5 de ellas de pie, y yo en medio. Para variar, vamos.
La verdad, hasta ese momento había estado bastante deprimida, pero después de la sesión de traducción ya no pude borrar la sonrisa de mis labios. Aquella pandilla de gente loca me recordó una verdad olvidada: en China nunca estás sola. Al recoger mi equipaje y salir del aeropuerto, encontré a mi ruso esperándome. La verdad, no se sorprendió al ver que medio avión se despedía de mí mientras cogíamos el taxi, jajaja. Cuando llegué a mi residencia, descubrí que me había preparado una sorpresa: mi cuarto estaba lleno de globos, flores, chocolate ruso, tarjetas de felicitación, regalos... Incluso me había hecho un cartelito de bienvenida. Un encanto, el ruso.
El resto de la semana también ha tenido sus cosas curiosas (mi primera clase de yoga es un relato que precisa una entrada en el blog aparte...) pero la que se lleva la palma ha sido la del jueves: recibí una llamada de una organización con fines educativos; habían oído hablar de mí (gracias a un buen amigo) y estaban interesados en conocerme. Así que concertamos una cita y, después de 5 horazas de entrevista EN CHINO (en las que, desde luego, quedan al descubierto todas tus carencias y tus escasas virtudes como chinoparlante), terminé cenando pato laqueado con la directora de reclutamiento de dicha organización. Así me lo monto yo, sí. Pero lo mejor fue cuando a la reunión se nos unió como artista invitada su hermana. Con naturalidad, oye.
Camarera del local. Pero clavaíta, de verdad |
Y esta experiencia de jueves por la tarde me ha recordado otra verdad semiolvidada: China es ABSURDA. Y eso me encanta.
Aquí comienza la segunda parte de mi experiencia chinorri. ¡Bienvenidos!
Jajajajaja. Buenísima tu primera entrada post-vacacional. Ya echaba de menos acompañar mi café del sábado morning leyendo esas experiencias que con tanta gracia sabes describir.
ResponderEliminarUn beso muy grande desde esta parte del mundo, disfruta de tu absurda China y, sobre todo, no dejes de contárnoslo.
Aaaaaay que te quieroooooooo <3 <3 <3
EliminarGenial como siempre Lara!
ResponderEliminarMadre mía, ¡menuda acogida! Muchas gracias :D Me encanta poder compartir estas cosas con vosotros <3
ResponderEliminarGenial, como siempre!!, recuerda recopilar y escribir un libro, yo lo compro!!.
ResponderEliminarUn besazo cuidateme
Por cierto, tus peces se sacian alguna vez?, es que me duele el dedo de soltarles pelotillas!!!
ResponderEliminarComen como su mamá... se te caerá el dedo, prima
EliminarBrillante y, como siempre, sacándome las mejores risas.
ResponderEliminarSigue así, POR FAVORRRRR!!! ;)
Gracias Duaddo :) :)
EliminarxDDDDDDDDDDDDD Si es que lo que no te pase a ti...
ResponderEliminarUn imán para cosas raras...
Eliminarme encanta!! pasalo muy bien!! un besazoo
ResponderEliminarAnímate y hazme una visitilla :P
Eliminaruff no me lo digas dos veces...!! jaja pero nada ya me ha dicho mi madre que cuando vuelva de este viaje no salgo mas...jajaja
EliminarAh por cierto, nota friki: el amigo muñeco-grimoso ese de Tensián se llamaba Chaoz xD
ResponderEliminar¡¡Llevaba unos días sin comentarte ni pasarme por tu blog!! ¿En serio todo lo que cuentas? ¿EN SERIO? Yo también quiero surrealismo chinorri, al ritmo maravilloso que llevas, ¿habrá para tods? xDDDD
ResponderEliminar4:13, sí. Te estoy comentando a las 4:13. Estoy postrada en la cama con un trancazo de la leche y adivina, acabo de despertarme. No parece que pueda volver a cerrar los ojos en esta sauna finlandesa que es mi cama, así que por qué no ponerme con el PC xDDDD.
Poooor cierrto, ¿te acuerdas de mi "Traductores por el mundo"? Enhorabuena: te han seleccionado para una entrevista xD.
¡Muac (con bacilos)! :)
P.D Ya se me olvidó comentártelo, pero sin problemas en la traducción jurada. ;)
Jajaja, madre mía Ana, ¡cuídate mujer! Consejo chinorri: 多喝水 :P
EliminarSí hija, sí, todo lo que digo es cierto. En China no hace falta tener imaginación para escribir un guión de los Monty Python, solo tener papel y boli a mano, o buena memoria :P
Bueno, pues ya me dirás cómo va el tema ese de la entrevista ^.^ buscaré un hueco dentro de mi nueva y flamante carrera musical. Y oye, ya sabes que aquí te espero ¿eh? ¡A echar becas se ha dicho!
¡Muacks muacks! (Estos son de arroz)