Anécdotas: el baile de los pingüinos

Estudiar chino no es algo fácil. Por supuesto, me gusta lo que hago, y mentiría si dijese que, a pesar de lo tedioso que puede resultar a veces, no me apasiona sentarme a desentrañar el intrincado significado de los caracteres y pictogramas chinos para luego contárselo a algún estupefacto oyente. Quieras que no, eso mola.

El principal inconveniente de estudiar chino estriba en la necesidad de estudiar chino todos los días de tu vida, ya que es una lengua que fácilmente se olvida si no se usa a diario. Y el hecho de que los chinos de los restaurantes y tiendas, primero, estén trabajando y, segundo, hablen rápido como si les hubieran metido fuego, pues no anima mucho al estudiante autodidacta a lanzarse a una conversación con ellos para practicar.

Es por ello que este septiembre he decidido acortar mis bien merecidas vacaciones y apuntarme a un curso de lengua china en el Instituto Confucio, con objeto de intentar no convertirme en una mongólica que balbucea chino de forma incoherente y seguir manteniendo el listón lo más alto posible.

Unos 5 cm sobre el suelo.

Simpático pingüino, que es el símbolo de QQ
Ayer tuvimos una clase especialmente divertida: manteníamos una conversación con la profesora Qiao cuando surgió el tema del nombre de los continentes. Evidentemente, exceptuando Europa y Asia, no teníamos ni idea de como se decían los demás continentes, de modo que dedicamos parte de la clase a hablar sobre ellos y aprender sus denominaciones. La profesora Qiao nos daba algunas pistas, citando ciudades, monumentos, países, animándonos así a averiguar de qué continente hablaba. Entonces llegó el emblemático momento de qi'e 企鹅. Que, por cierto, significa pingüino.
Nos llevó un rato averiguar qué rayos era el qi'e, entre otras cosas porque ni miramos cómo se escribía (lo cual nos habría dado bastantes pistas) y, por supuesto, porque nos empecinamos en que era "Chile", el país. Cuando la profesora Qiao nos preguntó que donde estaban los qi'e y le dijimos que en Suramérica, la cara de estupefacción que se le quedó no tuvo precio. Entonces Qiao Yun se puso a andurrear por el aula haciendo el pingüino, a lo que nosotras dedujimos, inteligentemente, que sin duda debía tratarse de algún tipo de baile regional de Chile, y seguimos respondiendo incoherencias y mirándonos de forma perdida durante un buen rato.


Al final todo se aclaró: el continente era el Polo Sur, aquello era un puto pingüino y, nosotras, cuatro ceporros. Y menos mal que Qiao Yun no tuvo que hacer el centollo, porque si no, aún seguiríamos allí...

Comentarios

  1. Si un día hace el centollo quiero fotos :P

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  2. Jajaja! Vale, tendré la cámara a punto, que nunca se sabe!

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  3. Jajajaja me libré de ser la quinta ceporra por un 头疼 como un caballo de grande xD

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  4. Buenísima la anécdota!!!! Es que me lo estoy imaginando! Jajajaja

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