Sí, me estoy saltando por las bravas los primeros 3 días de turismo por Beijing. La verdad es que vimos lo típico que suele verse, nada que no haya mencionado alguna otra vez ya a través de mis escritos, haciendo digna excepción de A) el grillo que nos encontramos una noche en nuestra habitación en el Marriot (un grillo de lujo) y B) la forma tan elegante de resolver el problema que tuvieron los encargados (básicamente, después de enviar al que parecía el cocinero del hotel con un bote de insecticida, que fumigó apáticamente por debajo de un mueble –por si acaso, más que por certeza—, terminaron enviando al gerente del hotel que, todo trajeado –con esos trajes grises y de brillo que tanto gustan a los chinos—terminó, literalmente, en pompeta entre nuestras dos camas, atizando al pobre grillo con un palo).
Como digo, aparte de eso, nada más digno de mención. Visitamos una fábrica de croisoné, pero ya haré una entrada aparte para subir las fotos y los vídeos correspondientes.
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Torre del Tambor, en el mismo corazón de Xi'an |
Total, que el día 31 de agosto, si mal no recuerdo, nos levantamos a las 5 de la mañana, hicimos nuestro check-out y nos fuimos para el aeropuerto. Nos dieron el desayuno en unos elegantes paquetitos, que contenían lo que básicamente cualquier ser humano, salvo mi madre, podría haber considerado un buen desayuno: bollería, leche, fruta, yogur,… ¿Pero, a quién queremos engañar? Ahí la ausencia que se anunciaba a gritos era la del típico y sencillo bollo de pan con mantequilla. ¡Nos sobran tantas finuras! Pan-con-man-te-qui-llaaaaaa.
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¡Ay, dios! ¿Acaso es tanto pedir...? |
El primer día que estuvimos en Xian, echamos el resto: visitamos la muralla de la ciudad, que es, según tengo entendido, la única de China (junto con la de Pingyao) que permanece íntegra; la Pagoda de la Oca Salvaje; comimos en un restaurante francés llamado La Seine, en el corazón mismo de la ciudad antigua, frente a la torre de la campana; visitamos la mezquita y el barrio musulmán; y compramos lo que sólo puede denominarse como “pan de los enanos”, una especialidad de los chinos locales de la etnia Hui (o sea, los chinos morunos, para que nos entendamos). En serio… si los edificios modernos se construyesen con ese pan, habría menos derrumbamientos. Tener “pan de enano” en tu poder significa tener una fuente de alimento inagotable en tus manos. Básicamente, porque no te lo puedes comer. Al final de la jornada, asistimos a un espectáculo de danzas y costumbres de la dinastía Tang (la del tan de naranja).
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Entrada a uno de los patios interiores dentro del recinto de la muralla |
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Una vez arriba. La muralla rodea toda la ciudad antigua. Se puede recorrer entera a pie o alquilando un servicio de bicicletas |
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La pagoda del "ánade descontento" |
El primer día no dejó de llover, así que no pudimos disfrutar demasiado de nuestras actividades turísticas. El segundo día visitamos una fábrica de muebles lacados, preciosos y a precios bastante razonables (Marce, te habrían encantado) y el museo de los famosos Guerreros de Terracota. Muy interesante, la verdad. Pero, aparte de lo ya mencionado, en Xi’an no hay mucho más que ver.
A continuación os voy a enumerar algunas de las cosas que aprendí sobre la ciudad de Xi’an y cuyo interés estriba en que no pueden encontrarse en la Wikipedia:
Xi’an es una ciudad ecológica, o lo que podríamos denominar “Ecociudad”. Todos los transportes son eléctricos, o al menos esa es la pretensión del gobierno local. Están intentando no convertirse en otro Beijing, iniciativa que les alabo, desde luego.
Dentro de la ciudad antigua, que es la sección que está rodeada por la muralla, el gobierno ha prohibido la construcción de edificios altos. De esta manera se puede disfrutar mucho más del patrimonio legado por los siglos a esta antigua capital de China. Además, todo cuanto se construye dentro del recinto amurallado intenta hacerse imitando el estilo antiguo.
La muralla. El tráfico en la ciudad antigua se canaliza a través de las cuatro puertas principales de la muralla de Xi’an, lo cual trae consigo dos consecuencias: la primera, que la muralla no tiene aberturas artificiales adicionales y puede contemplarse, por tanto, tal y como era también en sus días; la segunda, que se lían unos atascazos de no me veas.
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Entrada a la mezquita en el barrio musulmán |
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Una de las pagodas dentro de los jardines de la mezquita |
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Calles del barrio musulmán. Y, lo más importante: primer plano del "pan de enano" |
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El hecho de que lloviese no hizo más que aumentar la belleza natural de las escenas de la vida cotidiana |
A ver, esto seguramente es material de Wikipedia, pero es algo que me resultó muy curioso y me gustaría compartirlo: todos habréis oído decir que una de las principales características d los Guerreros de Terracota es que no hay dos iguales (siempre y cuando seas capaz de distinguir un chino de otro, pero esa es otra historia); pues bien, es cierto. He aquí el quid de la cuestión: las figuras no son de una sola pieza, sino que las cabezas van a parte; así, los cuerpos, dependiendo del cuerpo militar concreto, se podían fabricar en masa, mientras que cada cabeza era modelada a imagen y semejanza de su dueño. Otra curiosidad relativa a las cabezas es el tocado: cada tocado indica un cuerpo militar distinto; así, los arqueros lucen un moño situado en la parte superior izquierda de la cabeza; la infantería, caído y hacia la derecha; el cuerpo de caballería lleva pequeños gorritos redondos; el oficial lleva otro gorrito en la cabeza, el general lleva uno que parece una cresta, y el funcionario otro en forma de cola, un poco más elevado. Vamos, que la atención al detalle era máxima.
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Explanada de entrada al museo de los Guerreros de Terracota, en las afueras de Xi'an |
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Miles descubiertos, ¡y miles por descubrir! |
La arcilla de la que están hechos tiene características especiales, y es extraída de unas montañas cercanas. Nos explicaron todo el proceso de fabricación pero, francamente, de eso hace ya unos 20 días y varios pueblos visitados, así que no me acuerdo demasiado bien. El caso esque la cocción a altas temperaturas y el proceso de enfriado hacían que esta arcilla se solidificase, llegando a parecer más una figura de metal que de piedra. Es por eso que se han conservado tan bien hasta nuestros días.
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Una de las esculturas más fotografiadas del museo |
A propósito, a pesar de las apariencias, todas las figuras estaban completamente pintadas. El problema es que los chinos aún no disponen de la tecnología necesaria para proteger estos pigmentos (que datan de la antiquísima dinastía Qin, del 221 al 206 a.C) de la oxidación por el contacto con el aire, así que las figuras que están expuestas han perdido la coloración. Y esta es también la razón por la que sólo 3 de las no-sé-cuántas fosas existentes han sido excavadas, para proteger este patrimonio hasta que se cuente con los medios adecuados para preservarlo.
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Soñador, con la mirada perdida en el futuro distante |
Bueno, y esto más o menos es lo que hay que saber sobre Xi’an. En la próxima entrega, el emblemático Guilin, el río Li y el pueblo de Yangshuo.
Me van a venir de maravilla tus entradas de nuestro viaje porque, con tantas ciudades y monumentos,¡menuda empanada mental que tengo!
ResponderEliminarClaro, como ocupaba mi mente el pan con mantequilla... xDDDDDDDDD
Un besazo
Vaya, por fin se desvela la intriga del "pan-con-mantequilla" xDDD
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